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La Columna de Scotta

Cuando estés confundido mirá a tu enemigo

Nombre: Scotta

jueves, mayo 04, 2006

Drogas: Un problema todavía incomprendido

Algunos años atrás, yo pensaba que la despenalización del consumo de drogas podía ser un buen remedio para sociedades desarrolladas como Holanda o Suiza. Pero que todavía América Latina, o más concretamente, Argentina, no estaba preparada para ello. Sin embargo, hoy mi parecer ha cambiado radicalmente y creo que la verdadera solución es una liberalización de las drogas, tanto en su consumo como en su comercialización y que ésta última pase a ser, una actividad legal como cualquier otra que aporta al fisco. El paso a la legalización del comercio y consumo debe realizarse en forma global o casi global. Porque en esta era de la globalización y de mafias de narcotraficantes interconectadas flexible y globalmente debido al desarrollo de las comunicaciones no permite otra cosa.

Hoy el tráfico de drogas es el segmento principal de la economía criminal, y es gran parte el que permite y facilita la inversión de dinero en otras actividades criminales como el tráfico de armas, el contrabando, el juego, la usura, la prostitución, la falsificación, el tráfico de órganos, etc. Hoy la economía criminal, liderada por el fenómeno del narcotráfico, penetra políticamente en países tan distintos como México, Bolivia, Colombia, Haití, Pakistán, Birmania, Turquía, Rusia, Taiwán, Hong Kong y los paraísos fiscales caribeños y del Pacífico.

Por otro lado, el conjunto de la economía criminal tiene sentido comercial si los beneficios generados pueden utilizarse y reinvertirse en la economía legal. El blanqueo de dinero es la matriz de la economía criminal global y su punto de conexión más directo con el capitalismo global actual. Es por eso que se necesita, insisto, una medida global respecto a la liberalización del consumo y la comercialización de las drogas.

Ahora iré al grano y esgrimiré algunas razones de por qué es necesario y urgente lo que pienso respecto de las drogas.
El precio de la droga sube debido a la prima por el riesgo de operar ilegalmente en el mercado. En muchos países, el control estatal es de tal envergadura que el riesgo es grande y, por lo tanto, los márgenes operativos resultan elevadísimos. Los productores de las materias primas para la producción de cocaína, la heroína y la marihuana (en su gran mayoría campesinos) reciben ingresos mínimos comparados con las ganancias extraordinarias de quienes ponen el producto en manos de los consumidores finales. Así es, en primer término, como se estimula la producción y elaboración de las drogas. Así es también como se estimula producción de drogas sintéticas o de diseño, altamente perniciosas y a veces de pésima calidad, como el crack, el xtc o el china white, etc. También como consecuencia de los exorbitantes márgenes operativos surge la figura del dealer, con incentivos descomunales para conseguir adeptos en todos los mercados posibles.

Por otro lado, en los casos en que se produce la lesión a un derecho, hay un victimario y una víctima. Esta última, suele denunciar la agresión y pretender el castigo y la recompensa correspondiente. En el caso que nos ocupa, debido a que se trata de arreglos contractuales, no hay víctima del atropello a un derecho, ni victimario. Por lo tanto, debe recurrirse a algún buchón y también al espionaje y a la consecuente invasión de la privacidad y de los derechos de las personas, lo cual incluye exámenes de orina, sangre, revisión de bolsillos y carteras, olfateo por parte de perros estúpidamente entrenados al efecto, violación de la correspondencia, del domicilio, pinchaduras telefónicas y hasta detención de personas por llevar "demasiado" efectivo, además de violencia física de muy diversa índole y magnitud. Realizar todo esto es realmente costoso y la realidad es que todo los países están perdiendo en el combate contra el consumo y el tráfico de drogas. El único caso excepcional, y que realiza las prácticas intimidatorias arriba comentadas, en forma intensa y extensa, es el de la desarrollada ciudad-estado de Singapur donde rige efectivamente un gobierno policíaco y donde los traficantes son ejecutados cotidianamente. Sin duda, para este punto se requiere un verdadero cambio cultural en el cual los medios de comunicación tenga una activa participación, donde haga cambiar la visión casi siempre distorsionada de víctima (consumidor) y victimario (traficante).

Por otro lado, toda persona que desea drogarse es obligada a entrar necesariamente en el circuito criminal, con lo que se expone a todo tipo de vandalismos, al tiempo que muchas veces es permanentemente invitada a incorporarse a las bandas. Además, la enorme mayoría de los detenidos por la tenencia de estupefacientes no tienen antecedentes penales. Se suele mostrar la participación de drogadictos en diversos crímenes, cuando lo relevante para el caso es mostrar el porcentaje insignificante de drogadictos que cometen crímenes. La asociación del delito común con las drogas es parte de la imaginería vulgar y abyecta de cierto periodismo que no entiende nada ni de drogas, ni de situación social ni de seguridad y tal vez de nada.

Este punto que voy a explicar ahora, para mí es muy relevante en un país como Argentina, atormentado por la corrupción estructural de la policía. Me refiero a que debido a las sumas astronómicas que manejan los narcos, existe una permanente presión para corromper a policías, jueces y gobernantes. Se llenan libros con las listas de los corruptos que, se supone, están encargados de librar la guerra a los narcos, pero que, en verdad, muchas veces cubren sus operaciones. Ésto en América Latina es harto conocido y creo que este punto es clave para comprender la corrupción astronómica de la Policía Bonaerense de los últimos 20 años y toda su peculiar gama de comisarios casi millonarios.

Muchas veces el narcotráfico, gracias a su clandestinidad, sirvió para financiar grupos o gobiernos reaccionarios, terroristas, mafiosos-separatistas como por ejemplo los paramilitares colombianos, la Contra Nicaragüense, las guerrillas separatistas albano-kosovares y chechenas y hasta una derechista dictadura boliviana.

Un poco menos relevante pero destacable es que todos los contribuyentes deben pagar millones anualmente para financiar la ¨guerra contras las drogas¨, una guerra, como ya dije, perdida globalmente hablando. La prácticas antes mencionadas cuestan fortunas al estado, el cual podría invertir en cosas más importantes.

La ilegalidad a la que es sometido el tráfico de drogas a su vez somete a ciudades(Cali, Medellín, Ciudad Juárez, Río de Janeiro) o países enteros incluso, en los tiroteos entre facciones rivales y con la policía convierte en imposible una relativa coexistencia pacífica. Los tiroteos se producen también como consecuencia de que las diferencias que pueden suscitarse en las operaciones comerciales de marras no se pueden resolver en los tribunales, ya que la droga está prohibida, lo cual cierra el camino a procesos evolutivos de arbitraje. No hay tiroteos ni guerras de baja intensidad entre fabricantes de zapatos o de muebles. O para estar más a tono con el tema, entre Quilmes y Heineken, o entre Philip Morris y Parisiennes. Ocurrió con el alcohol en el legendario Chicago de los años ´20. Es curioso que Estados Unidos, que vivió este proceso en forma patente es quien más insiste y presiona en la ¨guerra contra las drogas¨ (concepto inventado por Richard Nixon).

Por último, diré que cada uno responde ante su conciencia y debe asumir las responsabilidades por lo que hace. Quien comete un crimen bajo el efecto de las drogas no debería sufrir consecuencias legales atenuadas, sino, por el contrario, agravadas; así como quien maneja ebrio hoy día. Las intoxicaciones manifiestas que lesionen derechos de terceros deben ser penadas, sean de drogas o de alcohol.

En fin, no sé para que hice este chamuyo medio largo y complejito si casi que está todo dicho en nuestra Constitución Nacional, a ver si lo recuerdan...
Art. 19.- Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.
Que se abra el debate

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