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La Columna de Scotta

Cuando estés confundido mirá a tu enemigo

Nombre: Scotta

martes, septiembre 11, 2007

¿Qué es el Al-Qaeda?

Lo que comúnmente la opinión pública internacional suele llamar Al-Qaeda fue hace un tiempo, un conjunto de ex combatientes de la guerra de Afganistán contra el comunismo soviético allá por finales de la década del ´70 y casi toda la década siguiente. La mayoría de estos combatientes, a pesar de haber surgido y haberse nucleado en un país no árabe, provenían de las madrasas (escuelas teológicas) y sus movimientos islamistas sunnitas radicalizados de los países árabes. Éstos hombres, liderados por Osama Bin Laden, terminada la guerra contra los soviéticos peregrinaron en Yemen para luchar contra el peculiar y poderoso movimiento socialista del sur de ese país, luego pasaron por el siempre convulsionado Sudán combatiendo a los cristianos y animistas de ese país; pero en septiembre de 1996 ocurriría un hecho extraordinario para la historia de Bin Laden y sus laderos: el Talibán tomaba las calles de Kabul y se impondría como gobierno en Afganistán.

Será allí entonces donde el Al-Qaeda se hospedará cómodamente para tejer sus objetivos racionales como irracionales (la mayoría pertenecen a éste último tipo). Por eso, desde su nueva base planeará en 1998 ataques a las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania y en el 2000 atacará el destructor USS Cole de la armada estadounidense en las costas de Yemen. Pero en el 2001 ocurrirá otro hecho aún más extraordinario.

El 11 de septiembre del 2001, como todo el mundo sabe, Al-Qaeda ataca las Torres Gemelas y la fama de Bin Laden y el grupo que lidera crecen exponencialmente en todos los rincones del planeta. No tardarán muchos días para que los estadounidenses invadan Afganistán y derroquen al gobierno talibán que daba seguro refugio a Al-Qaeda. A partir de entonces, Bin Laden y su grupo más cercano, se refugiará quien sabe donde (yo sospecho, sin pruebas por supuesto, que pulula por las montañas fronterizas de Afganistán y Pakistán), mandando confusos videos de baja calidad por Internet que alientan a que todo musulmán emprenda la guerra santa contra Estados Unidos y sus colaboradores más conspicuos. Sin embargo, estos detalles son menores comparados con el cambio cualitativo que tendrá organizativamente Al-Qaeda luego del derrocamiento del gobierno talibán.

McQaeda

A partir de entonces, por estar asediado por los servicios de inteligencia de varios países y por el ejército estadounidense aún apostado en Afganistán; Al-Qaeda implementará una política de franquicias, como si se tratase de un McDonald´s del terrorismo. Es decir, Al-Qaeda como organización sólidamente estructurada, verticalizada y centralizada, al mejor estilo leninista, sencillamente ya no existe. Es decir, creer que Al-Qaeda es una organización tentacular que mantiene redes y/o células latentes, dispuestas a actuar según las instrucciones centrales, a través de mensajes furtivos vía Internet, es hoy día una idea falsa. Pues Al-Qaeda se ha convertido en una marca, atribuyéndose, orgullosa pero falsamente, todo tipo de atentado que involucre musulmanes suicidas. Pues, lo que hace Al-Qaeda en Marruecos, Indonesia, Cachemira, Chechenia y demás países, es establecer alianzas con grupos combatientes (o sea, sus franquicias) debido a la falta de reclutamiento y a la carencia de una clara dirección política, de cuadros militares y políticos y de organizaciones de simpatizantes. Es decir, de alguna manera, Al-Qaeda sólo existe en la medida que comete atentados, o mejor dicho, en la medida que sus aliados cometen atentados. Los tipos de alianzas que establece Al-Qaeda alrededor del mundo son de tres tipos: en primer lugar, está la alianza con algún grupo radicalizado con una dirección política sólida y clara como los islamistas guerrilleros de Filipinas, los talibanes afganos o la Jemah Islamiyya de Indonesia. Éste tipo de grupo se propone, como objetivo fundamental, convertir su país en una teocracia islámica. En segundo lugar, tenemos grupos más bien sectarios y minúsculos, compuestos por jóvenes de distintas nacionalidades, que redescubrieron el Islam en las madrasas de Pakistán o del Afganistán de los talibanes. Este tipo de grupo carece de dirección política concreta y suele atentar, generalmente, contra objetivos occidentales o judíos, sin más razón que provocar el terror por el terror mismo. Un ejemplo de ello son los atentados recientes en las calles londinenses o los atentados dirigidos a las sinagogas en abril del 2002 y noviembre del 2003 en Túnez y Turquía respectivamente. Tercero y último, tenemos a los grupos que tienen también objetivos políticos visibles, pero estos no son de índole puramente islámica como el primer tipo de grupos, sino que el Islam funciona como un complemento importante pero secundario a una reivindicación étnica-nacionalista. El ejemplo perfecto aquí es el de los chechenos y en menor medida el de los bosnios.

La inteligente estrategia de implementar una política de franquicias y establecerse como una marca hace que Al-Qaeda, pese a la debilidad actual que comenté antes, parezca omnipresente para la opinión pública internacional, lo cual demostraría el éxito de esta estrategia. Ésta también viene a refutar dos ideas bastante dominantes en cierto periodismo e incluso en algunos líderes políticos mundiales. Una de ellas, es creer que Al-Qaeda es una organización gigante y poderosísima capaz de atacar cualquier punto del planeta dando instrucciones desde las montañas de amapolas de Pakistán o Afganistán. La otra idea es creer que Al-Qaeda es una organización medieval, pero su funcionamiento como marca del terrorismo da cuenta que es fenómeno moderno o posmoderno, como se prefiera, pero medieval seguro que no. Sus lazos con organizaciones nacionalistas también refuta la idea de que sea una organización medieval; me pregunto yo, junto al socialismo y al capitalismo ¿no es acaso el nacionalismo uno de los fenómenos de la modernidad por excelencia?

Como dije al principio, tres hechos extraordinarios cambiaron la historia de Al-Qaeda: la guerra contra los soviéticos en Afganistán, la llegada de los talibanes al gobierno afgano y el 11 de septiembre del 2001;tal vez un día llegue un cuarto hecho que de lugar a una cuarta mutación, pero espero que ese día no llegue porque si ocurre, se tratará seguramente, al igual que los tres anteriores, de la más absurda y abyecta política de la muerte, que no es más que la muerte de la política.

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